miércoles, 9 de mayo de 2012

ESPERANZA

Imagen de " Alejandro Costas"
Convertir los deseos en esperanza requiere un lento proceso de desprendimiento en el que deseamos separarnos de pequeñas y grandes cosas del momento para abrir nuestros pasos al futuro.
Cada vez que la vida nos pide que renunciemos a un deseo, cambiemos nuestra dirección o redefinamos nuestras metas.
Cada vez que perdemos un amigo, terminamos una relación o comenzamos un nuevo plan;  se nos invita a ensanchar nuestras perspectivas y ponernos en contacto, por debajo de las olas superficiales de nuestros deseos diarios,  con las profundas corrientes de la esperanza.
Cada vez que la vida nos sacude, nos “enfrentamos con la necesidad de embarcarnos en nuevas partidas”. Pero si esto no sucede durante la juventud, ¿cómo esperar que ocurra más tarde?.
A medida que crece nuestra esperanza comprendemos que no sólo valemos por lo que logramos, sino por lo que somos,  y que lo que la vida puede perder de uso, lo puede ganar en significado.

Henri  J. M. Nouwen  y  Walter J. Gaffney.
 Madurez: La plenitud de de la vida. pp. 63– 66.  ISBN  950-724-950-8



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